Si nota que su hijo está ansioso, no puede estar tranquilo, llora sin que le hayan hecho nada, tiene pesadillas, sufre de insomnio, está de mal humor, no rinde en la escuela, está desmotivado, dice no tener deseos de hacer las cosas, se irrita fácilmente y grita sin ninguna explicación a los demás, póngale atención porque puede ser que esté estresado, dice la sicóloga clínica Mary Monsanto.

“El estrés puede llevar al infante hasta un estado depresivo. Si este estado es constante puede llevarlo a un trastorno de ansiedad que impida el buen funcionamiento del niño en todas las áreas en que se desempeñe. Los niños estresados van a estar más sensibles que los demás y fácilmente lloran, sienten mucho temor y preocupación constantemente”, destaca la especialista.

Asegura que cada ser humano reacciona de forma diferente frente al estrés, y su estado depende del impacto y percepción que le provoca un evento.

Monsanto explica que, a diferencia del adulto, el niño tiene menos formas de escape o de manejo de las presiones o tensiones que le genera el ambiente.

El infante puede puede pasar de un estado de tranquilidad a un estado de irritabilidad por algo que no tiene importancia.

De acuerdo con Monsanto, los padres deben estar alertas ante cualquier estado de ánimo del niño para evitar que el estrés lleve a este a un estado de depresión.

El estrés también afecta a la niñez El estado de tensión que se genera en el individuo y que se describe como estrés no solo se manifiesta en los adultos; la población infantil también puede caer en este estado. Según la psicóloga clínica Mary Monsanto, en el caso del infante, se debe a una situación o evento sobre el cual este no tiene control .

La especialista señala que existen diversas causas por las que un niño puede estresarse.

La relación con la familia, los amigos, la escuela, las exigencias de la sociedad y variables propias del infante -como una enfermedad- son los factores que según Monsanto influyen para que un niño se sienta estresado .

“Dentro de las variables familiares están las carencias básicas como alimentación y cuidados primarios.

Peleas entre sus padres, divorcios, muertes, accidentes y el estilo parental autoritario; en la escuela, el infante se puede estresar porque tiene problemas de aprendizaje o algún impedimento físico que le posibilite tener un óptimo desempeño”, expli- ca la especialista.

Además, en el centro educativo el infante puede ser víctima de acoso, y esto, sumado a las malas calificaciones, y el estar en un sistema educativo para el que quizás no está preparado, puede generar estrés, señala la especialista.

El estilo de vida que llevan los padres -dice- y los problemas económicos en el hogar llevan al pequeño a preocuparse y caer en un estado de tristeza constante.

Tener trastorno por déficit atencional u otro trastorno que involucre comportamientos disruptivos son otras variables que generan estrés en un infante.

“Cuando un niño se siente estresado la familia y los amigos no lo entienden, casi nadie quiere compartir con él, y por su actitud recibe llamadas a la atención de sus progenitores”, destaca la especialista .

El papel de los padres Los progenitores influyen en el estado emocional de su hijo. Por esta razón deben saber cómo tratarlo. Según la sicóloga clínica, los padres no deben obligar a sus hijos a realizar alguna actividad si al niño no le interesa.

Aconseja que, antes de inscribir al menor en clases extracurriculares, lo mejor es preguntarle si le gusta. De esta manera le puede sacar más provecho y puede ser un niño productivo.

“Cuando haya necesidades a nivel económico, evite por todos los medios de que sus hijos lo escuchen, dígale que todo está bien y trate de cubrir, al menos en parte, sus necesidades básicas”, recomienda Monsanto.

En caso de que su hijo esté mostrando síntomas de estrés, la especialista aconseja buscar ayuda y así el sistema familiar completo recibirá atención y podrá mejorar.

Advierte a los padres que nunca deben pasar por alto un estado de estrés en su hijo, ya que las consecuencias pueden ser muy graves.

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CONSEJOS PARA LOS PROGENITORES
Según la sicóloga Mary Monsanto, los padres deben amar a sus hijos como son, exigirles menos, estimularlos sin llegar al punto de la sobreestimulación.

También deben tener un mejor manejo del tiempo.

“Los padres son los adultos y deben manejar una agenda de tal forma que su hijo no viva sometido a un estrés constante, por la falta de tiempo”, sostiene.

Deben tener autoridad sobre los hijos, pero deben ser menos exigentes y saber tolerar las situaciones del niño, pues es pequeño y muchas veces no sabrá manejarse, el niño necesita equivocarse para aprender.

Los padres tienen que ofrecer un ambiente cálido, donde el niño se sienta seguro, confiado y no se sienta amenazado.

“Cuando un niño está enfermo debe recibir todas las atenciones posibles, evitar comentarios que sean de preocupación al niño y tratar de explicarle la situación a medida que vayan pasando los eventos. Jamás deberemos asustar a los niños con agujas o que lo vamos a pinchar, porque cuando tenga que enfrentar una situación de salud, le será más difícil”, concluye la especialista. FUENTE LISTIN.COM.DO